martes, 21 de septiembre de 2010

Te fuiste...

Te fuiste sin dejar que te conociera, pero habiéndome conocido. Fue un acto egoísta por tu parte y creo que nunca te lo perdonaré. ¿Por qué te marchaste?

Me dejaste sin poder recordar tu voz, tus historias. TÚ.
Cuántas tardes hubiese pasado junto a ti, cual niña escucha historias tirada en una alfombra sin articular palabra.
Cuántos debates, ya perdidos, hubiese tenido contigo. No puedo recordar, pues nunca los tuve.

Llegué tarde, lo sé, lo siento. Yo no lo elegí, no fue culpa mía. Me esperaste, me cogiste en tus brazos, me hablaste, me quisiste… yo en cambio no te di nada, simplemente mi vida.
Pero podías haberte quedado. Yo era tu sueño, tú mismo lo dijiste, “TU SUEÑO”.

Eres tú quien debió enseñarme, eres tú… ¿Nunca te has parado a pensar todo lo que me quitaste?
Podías haberme moldeado como quisieras, a tu antojo.
En cambio, te fuiste, me dejaste sola en el mundo, a la deriva.

Pero te quiero, te quise y te querré.
Aunque me moleste que te hayas ido y me hayas dejado así. Pero igualmente sé que estás ahí, que todo lo que sé es gracias a ti.

Quizá lo hayas hecho por mi bien, pero nunca me dijiste nada.
Quizá desde dónde estés me ayudes más que si estuvieras a mi lado.

ESTÉS DONDE ESTÉS SÉ QUE GUIAS MI CAMINO.


Una estrella se fue y ahora brilla en el cielo, en la tierra otra la reemplaza…

ESTRELLAS,,*

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