Hace unos minutos una amiga me envió esto:
No sé en qué momento dejé de creer que tarde o temprano algo saldría bien, no lo recuerdo, sólo sé que me convertí en un farsante de la peor clase y empecé a hacer cosas sin creer en ellas, casi con desprecio. Sin embargo, a veces pienso que me faltó muy poco para conseguirlo.
Nada más leerlo me identifiqué... no dejaré de luchar, eso lo tengo claro, pero hay que ver a donde hemos llegado... y lo que queda.
Abuelo, te necesito más que nunca!
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