domingo, 16 de octubre de 2011

Su vida, mi muerte.



Me siento vacía, ida, estoy sola. Un mundo aparentemente lleno me rodea, pero yo estoy sola, completamente sola.
No sé a quién echo de menos, quién me hace falta, ni qué necesito, solo siento que necesito escapar. Salir corriendo de todo esto, que el mundo acabe, que no haya un mañana. Dormir para no despertar jamás. Quedarme inmersa en un sueño, sin sueños.

Ya no hay nada que me motive, que me haga seguir adelante, que me haga pensar que el futuro será mejor o que el presente no es tan malo.
Ya no tengo ganas de vivir, es más, si fuera egoísta, ya no viviría.
Pero no lo soy, no puedo. No puedo irme y dejar a tanta gente aquí, porque ni siquiera puedo imaginarlos sufriendo.
Sigo con vida, pero no vivo. Sigo von vida por ellos, por verles sonreír cada día, porque sé que si algún día yo llegara a faltarles no serían los mismos y no
puedo permitir que nadie llegue al lugar donde estoy yo.
No puedo quitarle la vida a las personas que me la dieron, aunque hayan sido egoístas, aunque hayan cometido el mayor error de su vida y sigan sin saberlo. Soy vuestra sierva.
No puedo dejar que muera la sonrisa de ella, de mi amiga, de mi hermana. Que tenga que ver como alguien a quién quiere se convierte en hidrógeno, que tenga que ver como me voy, aunque de ser así ella supiese que nunca me iría del todo, que mi alma no me lo permite, que estaré en su corazón, queramos o no, para siempre.
No puedo irme y no cambiar, aunque solo sea un poco, este mundo. Que la gente se de cuenta de lo que tiene, de lo que vale. Que las estrellas no dejen de brillar. Que lo mayor, está en lo más simple. Que somos hidrógeno, hidrógeno combinado para hacer de cada uno de nosotros una persona única.
Que no me iré, porque no puedo permitirme haceros daño. Que viviré mucho más, hasta que algo me lo impida. Pero que realmente, aunque el corazón siga latiendo, y científicamente se me considere viva, yo habré muerto.

Me daría igual que el mundo se acabase ahora mismo, simplemente me sentaría a ver las estrellas y esperaría a convertirme en algo como ellas, hidrógeno.
No me apetece seguir viviendo, no quiero. pero no puedo darme el lujo de dejar de hacerlo.

Ya no existen los "tal vez…", ya el mundo para mi no tiene sentido. Hoy, me he quedado sin sueños, sin metas, sin ganas de seguir adelante. A partir de hoy, viviré para el mundo, solo espero que sirva de algo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario